La Operación Galgo estalló a principios del pasado mes de diciembre al darse a conocer catorce imputados, y se subrayaba a que Marta Domínguez era una de las principales implicadas.
La prensa en su totalidad como inmoral que es se dedicó a hacer juicios paralelos y a acosar a Marta obviando el derecho a la presunción de inocencia recogido en nuestra Constitución.
Cientos de internautas también vomitaron bilis acusándola de traficante y drogadicta, esto último de regalo ya que no se había hablado de que se dopase.
Ahora que la juez ha hablado, ¿quién repara todo el daño hecho a la más grandiosa atleta española de todos los tiempos, por cierto, embarazada de una criatura que lo habrá pasado realmente mal?
Si esto fuese EEUU pondría denuncias a todos los medios y un juez les haría pagar decenas de millones de dólares. Pero amigos, esto es España y en el caso de que un juez condenase a alguien que lo dudo, le impondría una multita de 500€ o a saber.
En fin, me alegro por Marta, siempre confié en ella, nunca la acusé de nada en público ya que me parecía imposible que alguien tan inteligente como ella se dedicase a traficar con mierda.
Ha quedado patente una vez más la mediocridad e inmoralidad de los medios españoles. Y ahora saldrán UNA VEZ MÁS en plan: ¿qué hicimos mal? Debemos reflexionar. Esas reflexiones que les sirve para limpiar su putrefacta conciencia pero no su nombre ni su prestigio.
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